miércoles, 30 de octubre de 2013
MICRORRELATO.
Si, papa, pero, ¿y esa? Esa es la mujer por la que lloro todas las noches, esa mujer por la que daría toda la vida por volver a verla, esperando su regreso, esa mujer que te llevo en su vientre durante nueve largos meses. Esa mujer que no llegaste a conocer, una gran torre que creíamos indestructible, y un día, el menos esperado porque llegabas, el día tan esperado por tantos los que estábamos a tu alrededor; de una nueva torre, la sucesora de la antigua. Tu madre, la antigua torre derrotada por el pasado y el sobrepeso de problemas, callo derrotada y abatida.
Esa mujer a la que le debo la vida.
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